Gloria en altura

Vingegaard festeja título tras brillante ascenso en la Bola del Mundo

El danés culminó la competencia con esfuerzo supremo y selló la consagración histórica.

Madrid.- El ciclista danés Jonas Vingegaard volvió a dejar su huella en la Vuelta a España tras imponerse en la exigente ascensión a la Bola del Mundo, logrando un triunfo que no solo le otorga ventaja definitiva en la clasificación general, sino que también simboliza su regreso a la cima tras un periodo lleno de dificultades.

El escenario no podía ser más desafiante: el Alto de las Guarramillas, a 2.250 metros de altitud, con rampas que alcanzaron hasta el 20% de desnivel, un auténtico muro donde se decidió la penúltima etapa. Allí, con las antenas imponentes como testigos, el corredor del Visma-Lease a Bike demostró su fortaleza frente a un rival que no se rindió fácilmente, Joao Almeida, el portugués que llegó a esta jornada con apenas 44 segundos de diferencia en la clasificación.

Para Vingegaard, este desenlace tiene un significado especial. En ese mismo año 2024 había sufrido una grave caída en la Itzulia, que frenó de golpe su dominio en el pelotón internacional. Tras dos títulos consecutivos en el Tour de Francia, aquel accidente lo dejó con secuelas físicas y con la sensación de estar un paso por detrás del gran dominador, Tadej Pogacar. Esa herida fue lo que lo empujó a disputar esta Vuelta, con el objetivo de recuperar confianza y reencontrar su mejor versión.

El día no fue sencillo. El UAE Team Emirates trabajó sin descanso para desgastar al Visma, endureciendo el paso desde mucho antes de la subida final. Almeida, respaldado por sus compañeros, puso a prueba cada gramo de energía de su rival, con la esperanza de recortar la diferencia en el tramo más duro del ascenso. Pero el danés se mostró firme, soldado a su rueda, como si nada pudiera quebrarlo esta vez.

Delante, corredores como Mikel Landa y Giulio Ciccone intentaron buscar protagonismo, pero pronto quedó claro que la batalla decisiva estaba reservada para los favoritos. En los últimos mil metros, cuando la pendiente no daba respiro, Vingegaard lanzó su ataque definitivo. Con potencia y determinación, dejó atrás al portugués y cruzó la meta en solitario, levantando los brazos con una sonrisa que reflejaba tanto alivio como gloria.

Este resultado lo coloca rumbo a su cuarta gran vuelta ganada, con el podio de Madrid ya prácticamente asegurado. Más allá del título, el danés se lleva algo igualmente valioso: la certeza de haber superado sus miedos y recuperado la confianza necesaria para mirar al futuro con optimismo. El 2026 promete ser otro capítulo apasionante en su rivalidad con Pogacar, pero en la Bola del Mundo, Vingegaard ya escribió un nuevo hito de su historia.

Fuente.- El correo


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