Houston, Estados Unidos.- La selección venezolana cerró su último compromiso internacional con una victoria alentadora por 1-0 frente a Australia, en un partido amistoso disputado en el Shell Energy Stadium. El resultado llegó en un momento clave dentro de su proceso de reconstrucción deportiva luego de la eliminación en el proceso clasificatorio al Mundial 2026, escenario que impulsó un viraje estratégico con miras a un proyecto de renovación profunda hacia las próximas eliminatorias de 2030.
El autor del único tanto fue el delantero Jesús Ramírez, atacante de 27 años perteneciente al Clube Deportivo Nacional de Portugal. El gol se produjo tras una acción colectiva iniciada desde territorio propio mediante un pase profundo del mediocampista del Austin FC, Daniel Pereira, quien habilitó por la banda derecha al hábil extremo Ender Echenique, del FC Cincinnati. Con un centro milimétrico al área central, Ramírez apareció sin marca y conectó de primera antes de caer al césped, firmando su primer gol oficial con la Vinotinto.
El encuentro marcó el inicio del ciclo interino en el banquillo bajo la conducción del exdelantero Fernando Aristeguieta, quien asumió el desafío temporal mientras se define al nuevo seleccionador. El exatacante aportó una propuesta táctica distinta con una presión alta, explosividad en transiciones y mayor atrevimiento en campo contrario, elementos que contrastaron con el modelo conservador utilizado durante la etapa previa con el entrenador argentino Fernando Batista.
La propuesta se evidenció desde el primer tramo del partido: líneas adelantadas, ocupación agresiva de espacios y movilidad constante entre volantes interiores y extremos. Tanto Dani Pereira como Cristian Cásseres asumieron un rol de enlace, conectando la generación ofensiva con el sector adelantado. En defensa, el arquero José Contreras y el lateral Luis Balbo mostraron solidez y lectura de juego, mientras que por los costados brillaron Gleiker Mendoza y Echenique, responsables de profundizar y dinamizar la ofensiva.
Este resultado adquiere valor simbólico, pues no solo corta una racha adversa, sino que también abre un nuevo panorama de confianza colectiva. Se percibe aire fresco dentro del plantel, acompañado de roce internacional y presencia de jugadores jóvenes con capacidad de crecimiento, especialmente para construir un ciclo competitivo sostenible.
Por el lado de Australia, el duelo dejó interrogantes considerando su próximo choque frente a Colombia, partido que exigirá ajustes inmediatos, especialmente en marca y reacción ante transiciones rápidas.
La Vinotinto retorna a territorio estadounidense con una sensación renovadora, entendiendo que la reconstrucción requiere paciencia, liderazgo y continuidad. El marcador refuerza la convicción de que la nueva camada tiene herramientas válidas para competir al máximo nivel.
Fuente: RPP