Polémica en la Ryder

Insultos empañan triunfo europeo

McIlroy y otros jugadores sufrieron ataques verbales durante la histórica victoria en Nueva York.

Fuente: EL PAÍS

La Ryder Cup volvió a teñirse de polémica, esta vez en Nueva York. Europa se consagró con un 13-15 tras resistir la reacción de Estados Unidos, pero la fiesta quedó opacada por los insultos y provocaciones que un sector de aficionados locales dirigió contra figuras como Rory McIlroy, Shane Lowry, Justin Rose y Jon Rahm.

El ambiente pasional propio de la Ryder alcanzó niveles inusuales, con gritos ofensivos y comportamientos alimentados por el consumo de alcohol, especialmente durante la jornada del sábado. Una situación que, según voces del propio circuito, dañó la esencia de un deporte asociado tradicionalmente a la etiqueta y al respeto.

José María Olazábal, vicecapitán europeo y testigo en otras ediciones, se mostró sorprendido. “Sabíamos que iba a ser duro, pero esta vez ha sido brutal. Hay niños que ven la Ryder y debemos dar ejemplo. Se puede alentar con respeto, como el domingo, no con insultos”, lamentó.

Jon Rahm, quien formó pareja con Tyrrell Hatton y Sepp Straka en distintas rondas, relató lo difícil que fue concentrarse. “Desde que llegamos al campo de prácticas hasta el último putt, no pararon. Me decían cosas personales, hasta sobre mi peso y la Liga Saudí”, explicó.

El mayor blanco fue Rory McIlroy. El norirlandés escuchó constantes insultos, algunos dirigidos incluso a su esposa, Erica. Un vaso de cerveza lanzado en su dirección elevó la tensión y el jugador tuvo que ser contenido para evitar un enfrentamiento con el público. El ruido fue tal que incluso rivales estadounidenses como Justin Thomas y Scottie Scheffler pidieron silencio a la grada en momentos clave.

El propio McIlroy reaccionó con celebraciones efusivas y respuestas verbales a la grada, sobre todo el sábado por la tarde, pero tras asegurar el trofeo europeo envió un mensaje más reflexivo. “El golf debe aprender de lo que pasó. Esto no puede repetirse en Irlanda 2027. Los aficionados deben venir a apoyar a su equipo, no a insultar al rival”, sostuvo.

El número uno europeo subrayó que el golf, a diferencia de otros deportes, se sustenta en valores de respeto. “El golf enseña lecciones de vida, comportamiento, reglas. A veces esta semana no vimos eso. No debería aceptarse nunca en la Ryder Cup”, remarcó.

Pese a que la mayoría del público se comportó con corrección, la minoría ruidosa dejó una huella negativa en un evento que celebraba su grandeza deportiva. La edición de Nueva York pasará a la historia por la victoria europea, pero también por el cruce de una línea que muchos jugadores y capitanes esperan no volver a vivir.

Fuente: EL PAÍS


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